sábado, 18 de febrero de 2012

¿Minoría visible? ¿Cómo somos los latinos de Canadá?

(La linda chica de la foto no tiene un tipo muy "andino" que digamos,  
pero ES  PERUANA y, según me dicen, fue Miss Perú).

Nuestras disculpas por dejar fuera momentáneamente a la comunidad española, pero ¿acaso todos los latinoamericanos nos identicamos con la canción de Calle 13?

 
La respuesta es compleja.


http://www.youtube.com/watch?v=DkFJE8ZdeG8



Como latinoamericanos, las culturas indígenas son parte de nuestra mayor riqueza, ésa que nos une a la Pachamama. Pero no todos los latinos tenemos sangre indígena. Nuestra herencia es también europea, especialmente española.
Respecto a la sangre africana en América (¡un riquísimo aporte especialmente para nuestra música!), puede decirse también más o menos lo mismo: no todos los latinos tenemos sangre africana.

Si los propios canadienses no saben cabalmente que quieren decir con "minoría visible" cuando nos piden identificarnos en el censo, menos lo sabemos nosotros, los propios latinos.

En mi caso, tengo la piel morena, pero -a menos que yo sepa- no corre sangre indígena ni africana por mis venas.
Seamos claros: NO TENER sangre indígena o africana no es una desgracia, y tenerla NO ES necesariamente tampoco un honor. ¿Cómo decirles? ¡Sencillamente no es ni bueno ni malo tener sangre indígena ni africana! ¡Es lo que es! Y en América Latina tenemos muchas cosas en común, pero no somos todos iguales...

Vayamos viendo:

En relación al video de Calle 13, ¿somos TODOS los latinos como ese prototipo de hombre o mujer modestos que se muestra, humildes, oprimidos y sufrientes muchas veces? No lo creo.

Y ahora más allá de la canción, ¿somos TODOS los "latinos" iguales a los mexicanos, o iguales a los sudamericanos o iguales a los centroamericanos? No lo creo.

¿Somos todos los hombres latinos fieles representantes del "latin lover"? No lo creo.

¿Son todas las mujeres latinas tan sensuales como se las prototipiza? No lo creo.

¿Somos todos los hombres latinos tan "machos" y poco serios en nuestras relaciones de pareja? No lo creo.

¿Acaso todos hemos venido a Canadá huyendo de esa caricatura que se ha hecho de América Latina, basada en la violencia, la droga, las guerrillas, la delincuencia o la corrupción? No es así.

Y aunque hayan existido o aún existan esas lacras en algunos de nuestros países, no quiere decir que todo latino haya estado involucrado en ellas.

¿Somos los latinos flojos, borrachines y deshonestos? ¡Por supuesto que no!

Hay en Latinoamérica tantos flojos, borrachines y deshonestos, como los que se encuentra en cualquier parte del mundo.

¡Todos son prototipos, caricaturas de los casi 500 millones de hispanoblantes en el mundo, que tenemos mucho en común pero que somos, al mismo tiempo, muy diferentes!

Y CUANDO DIGO "DIFERENTES", NO QUIERO DECIR PEOR NI MEJOR: SÓLO DIFERENTES.

¡Ya basta de seguir contribuyendo a esa imagen tercermundista de Latinoamérica!

Separemos "el polvo de la paja", y retomenos lo mejor de nosotros, ESE CORAZÓN LATINO, enraizado en las virtudes más hermosas de nuestra idiosincracia.

Demostrémosle a Canadá y al mundo que Latinoamérica no es un quejido, sino una sonrisa de esperanza. Que Latinoamérica no es la mano extendida de un necesitado, sino el brazo que se ofrenda para levantar a otros del suelo.

¿Qué dicen los estudios sobre nuestra comunidad hispanohablante en Canadá?

De acuerdo a un reciente artículo difundido por el periódico Globe & Mail nuestra comunidad podría oscilar entre 600,000 y 1,200,000 personas.

El 50% de los hispanohablantes tiene al menos un Bac., si no un Máster o un PhD.

El 12% tiene un diploma técnico o no universitario.

¡Eso da un 62% de nuestra comunidad con un excelente nivel de escolarización!

Sería lógico seguir el rumbo de ese 62%, para que nuestra comunidad evolucione cada vez más HACIA ARRIBA. Evolución y no involución: de eso se trata.

Si alguien llegó a Canadá "con una mano por delante y otra por detrás", que deje en su tierra ese pasado de apreturas y malos recuerdos, y se pase al equipo de los ganadores, porque AQUÍ SÍ SE PUEDE. No es fácil, pero se puede. ¡Ésa es la buena noticia!

Como se ha dicho, Canadá es una meritocracia...

Con esfuerzo, honestidad, perseverancia, creatividad y la preservación de valores humanos, sí se puede...

Entonces, ¿vamos a aprovechar la oportunidad histórica de ser la comunidad inmigrante más influyente de Canadá?

¿Hemos pensado que los latinos de Estados Unidos ya no tienen esa oportunidad? Al menos, no en mucho tiempo, porque ellos ya escribieron su historia allá (y lamentablemente no es muy favorable).

Nuestra comunidad, en cambio, es bastante bien percibida por los canadienses, y podemos decir que, en general, tenemos un "buen posicionamiento".

¡Así que es nuestro turno de "escribir nuestra propia historia"!

Es nuestro turno de reforzar ese posicionamiento positivo.

¿Cómo hacerlo?


Primero que nada, cuidando nuestros valores esenciales (nuestro sentido de familia, por ejemplo), trabajando con tesón, con creatividad, con honestidad, con optimismo, con gratitud, con fe en que nuestra comunidad está ahora mismo escribiendo la historia de este país.

Asimismo, NO promoviendo ni avalando ninguna forma de ilegalidad, deshonestidad, corrupción o bajeza humana. Sabemos que, como en todas las comunidades, habrá corrupción.¡Pero no contribuyamos a que ésta se desarrolle! Quienes vienen huyendo de países diezmados por la corrupción, saben cuán difícil es exterminarla.

¡¡Pues no la traigamos a Canadá!!

Cuidemos nuestro nuevo país , que es país de nuestros hijos y será el país de las generaciones que nos sucedan.

Volviendo al CECALATI, reconozco sentirme muy pequeño frente a un proyecto de esta envergadura... ¿Qué me motiva, entonces, a seguir adelante?

Para empezar, el estusiasmo que muchos de ustedes manifiestan por la unidad de la comunidad de habla hispana en Canadá: esto es una inyección colosal de energía.

Pero aún se necesita que ojalá todos los hispanohablantes de Canadá nos unamos al menos en Facebook. Y que todas las comunidades, organismos, negocios, grupos y personas hispanohablantes de Canadá estemos conectados...

En segundo lugar, me motiva ese convencimiento de que EXISTE UN SÓLO CORAZÓN LATINO, una manera propia de ser, con valores que nos son propios, más allá de nuestras diferencias geográficas, culturales o políticas. Y tras ese CORAZÓN LATINO ÚNICO querríamos ir: buscando lo que nos une y dejando atrás lo que nos divide.

Por lo anterior, CECALATI no dará tribuna a la lucha por causas religiosas o políticas de ninguna especie, ya que lamentablemente las ideas dividen.

Para establecer una sólida y vasta red como comunidad hispanoblante, debemos trabajar en las redes sociales y en los eventos "reales" que puedan irse realizando : la "sed" de unión existe. Sólo debemos mostrar "gestos" de querer unirnos...

Les rogamos que tengan paciencia con el CECALATI.
Como seguramente sabrán, atenderemos el proceso de integración/adaptación a la vida nacional, en áreas muy diversas...Y son muchos los pasos que hay que ir dando para llegar a "estar operativos". Seguimos en reuniones e investigando, buscando gente para formar "comités temáticos".

Termino esta nota, mencionando un"highlight" (titular) de Toronto Hispano, medio que apoya también la unidad hispana en Canadá, y que tuvo la gentileza de publicar la nota siguiente respecto al CECALATI.

http://torontohispano.com/entretenimiento/comunidad/2011/cecalati/centro-canadiense-latinoamericano.shtml

El titular dice:
"Cecalati, una oportunidad más de unir hispanos en Canadá"

Yo dudo que haya muchas oportunidades más ...

Y a nivel personal, no estoy trabajando para que el Cecalati sea "una oportunidad más". Yo tengo mucho que perder y quiero jugar a ganador...

Es cierto: reunir los recursos humanos y materiales e implementar los diversos servicios para que el CECALATI pueda estar 100% operativo, puede tomar aún algún tiempo.

Pero el CECALATI es sólo una preocupación que me incumbe a mí y al equipo de gente con el que estamos comenzando a trabajar, y como es obvio no es una prioridad ni un "desvelo" de la comunidad hispana en su conjunto.

SIN EMBARGO, LA UNIDAD DE TODA LA COMUNIDAD HISPANOHABLANTE EN CANADÁ ES OTRO ASUNTO QUE NOS INCUMBE A TODOS, Y QUE NO PUEDE ESPERAR...

¿Nos acompañan?

Latinamente,


Cristián Rosemary
Fundador
Centro Canadiense-Latinoamericano de Integración
Montreal, Canadá.

lunes, 6 de febrero de 2012

Por qué y para qué crear CECALATI, el Centro Canadiense-Latinoamericano de Integración

¡Hola!

Me llamo Cristián Rosemary, soy chileno, y estoy radicado en Montreal desde hace 7 años. Comencé a amar a esta segunda patria, desde que puse un pie en ella, y me considero muy contento de haber tomado la decisión.

Como ustedes, he hecho de este país mi nuevo hogar. Y también como ustedes he experimentado el proceso de inmigración, dejando a mi gente, mis paisajes, mis comidas, mis olores, mis recuerdos.

Como ustedes, soy uno más de los 360,235 emigrantes “latinos”, estimados preliminarmente por el censo canadiense 2011. (Otras cifras del periódico "Globe & Mail" mencionan entre 600,000 y 1,200,000...).

Emigrar a Canadá ha sido para nosotros un acto “heroico”. El adjetivo “heroico” puede sonar demasiado épico (y hasta patético) para quien no ha sido un inmigrante. Sin embargo, éste fue (y siguió siendo por un lapso) el adjetivo que algunos de mis más cercanos comenzaron a prodigarme cuando empecé a vender mi casa y mis muebles, a preparar con mi señora y mis hijos las maletas y a realizar -sin saberlo- mi primer garage sale, en el que vendimos hasta el agua del florero.

Visto a la distancia, la mayoría podría suponer que, después de los primeros meses en Canadá, tanto usted como yo hemos llegado a ser “emigrantes avezados”, ya no tan “heroicos”, y que los desafíos ya no son tantos...

¡Nada más lejos de la realidad!

Lo cierto es que, al momento de pisar tierra canadiense, otro proceso difícil comienza: el de la INTEGRACIÓN/ADAPTACIÓN CABAL a esta nueva sociedad.

Éste, en cambio, se trata de un proceso bastante más largo, que puede durar algunos años.

El problema aquí es que, aun con toda su buena intención, los ministerios implicados en la “post-venta” (cuando el inmigrante ya ha pisado territorio canadiense) NO DAN ABASTO para acoger eficazmente a los nouveaux arrivants. Y, además, esta post-venta resulta enormemente deficiente. Así las cosas, nosotros, los inmigrantes, que hemos traído a Canadá ciertas expectativas laborales, expectativas de integración social, etc., etc., comenzamos a experimentar una gran frustración, a causa de diferentes obstáculos para incorporarnos de verdad a esta sociedad, con el agravante de que casi nadie nos sabe orientar, pues es mucha y muy variada la información y por el hecho de que son muy pocos los que están cabalmente informados. Y si encontramos a alguien que sí lo está, probablemente seremos atendidos por un funcionario que NO CONOCE NUESTRA LENGUA NI NUESTRA IDIOSINCRACIA, alguien que, entonces, no estará capacitado para percibir nuestros más profundos sentimientos como emigrantes latinos.

Durante estos 7 años, mi esposa, mis 4 hijos y yo hemos tenido la eventual suerte de recibir el consejo de otro inmigrante que nos ha precedido (en general, mucho más acertado que aquél brindado por un canadiense).

Sin embargo, la mayor parte de nuestro aprendizaje ha sido empírico, por la vía de aciertos y errores.

¡Y hemos aprendido mucho, muchísimo!

¿Cómo? Investigando, investigando e investigando más todavía; gestionando; echando a perder y cosechando éxitos...

(Para este proceso de “integración” a la vida nacional, la creatividad y la capacidad de reinventarse una y otra vez, son condiciones sine qua non).

Ya he olvidado a cuántos inmigrantes latinos -incluso con más tiempo en Canadá- hemos orientado y asesorado por mero altruismo (especialmente mi esposa, que sería un lujo de empleada para el gobierno).

¿Orientación respecto a qué?

Respecto a temas diversos y numerosos: cursos de idiomas, sistema de salud, leyes sobre el arriendo, derechos laborales, programas para la iniciación de una empresita, financiamiento para los estudios o para la compra de una casa, lugares de dépannage de comida cuando las finanzas están muy flojas, centros de ayuda de diversa naturaleza, hasta observaciones sencillas sobre contabilidad...(habría que escribir un largo “etcétera”).

A partir de nuestra propia experiencia familiar (sin ningún organismo o persona natural que pudiera orientarnos), menciono algunos ejemplos reales de errores acaecidos durante los primeros años que nos dieron dolores de cabeza y mermaron considerablemente nuestras finanzas:

a)Nadie nos dijo que, recién llegados, debíamos inscribirnos tout de suite en los cursos de francés. La inscripción tardía, semanas después, nos significó una espera de 4 meses sin recibir l’aide financière (en aquel momento fueron casi $1,000 por mes de pérdida). Como no podíamos permitirnos ese déficit, me puse a trabajar de working class hero en una fábrica, operando máquinas peligrosas...y me corté un dedo. ¡Casi pierdo el pedazo!

¡Y un amigo, médico veterinario, cargó cajas en una bodega por 4 años, antes de ponerse a estudiar francés!

b)El error de una contadora bénévole que nos sugirieron, nos hizo perder 4 meses de préstation d’enfants. Afortunadamente, aclarado todo, la recibimos después, retroactivamente.

c)Durante nuestro tercer invierno, para ahorrarnos unos dolarcillos, no contratamos la máquina paleadora. ¡Me destrocé la espalda, sacando yo la nieve de la entrada! (y apenas valía unos 250$ la temporada entera de "déneigement").

ch)Pese a que la salud es gratuita, en Canadá muchas familias no tienen “médico de familia”. Pensando en nuestros hijos más pequeños, vivimos angustiados hasta como el tercer año, cuando descubrimos que había un centro pediátrico en el que se podía pedir una hora por internet... y un día antes.

d)Mi señora, que anhelaba ponerse a estudiar en su área, trabajó durante mucho tiempo en un lugar que detestaba, hasta que nos percatamos de que podía recibir una bolsa equivalente al mismo sueldo que ganaba, ...estudiando a tiempo completo.

¡Como ven, a nosotros nos hizo mucha falta esa una buena "asesoría en integración"!

Así que -con el apoyo permanente de mi señora- me propuse crear una empresa que pudiese prestar estos servicios a los latinoamericanos y españoles que estén radicados en Canadá.

Obviamente, tras de nosotros habrá próximamente expertos en cada área (por ejemplo, la contabilidad y las leyes). ¡No pretendemos cometer la irresponsabilidad de creernos “expertos” en todo! Ya estamos en conversaciones, por ejemplo, con quienes se harían cargo del Comité Legal, del Comité de la Familia y Bienestar Sicosocial y del Comité Juvenil.

Así está surgiendo CECALATI, el Centro Canadiense-Latinoamericano de Integración, una organización sin fines de lucro, al servicio de los inmigrantes provenientes de los 21 países de habla hispana en América Latina, España, Estados Unidos y Guinea Ecuatorial.

Y también estamos reuniéndonos con entidades canadienses que harán posible este proyecto.

En este punto, es importante clarificar que, en ningún caso, nos inmiscuiremos con el quehacer de los ministerios u organismos oficiales. Al contrario: queremos trabajar con ellos tan estrechamente como nos sea posible.

Por razones de “funcionalidad lingüística”, utilizaremos el término “latino”, sin que éste excluya, por supuesto, a los habitantes de España, quienes nos han heredado nuestro mayor tesoro, la lengua española, ni tampoco a los 50 millones de hispanohablantes estadounidenses, que representan más del 15% de la población de nuestro país vecino.

Brindaremos a nuestros hermanos latinos acogimiento y orientación EN ESPAÑOL, sin olvidar un seguimiento a través del tiempo que nos permita asegurar la calidad de la integración. Es importante decir que los servicios que prestemos serán GRATUITOS.

Finalmente, querría comentar que la lengua española se caracteriza por ser la más cohesionada del planeta, lo que permite que un campesino de España pueda entenderse con uno de Chile y otro de Cuba. Asimismo, más allá de las diferencias geográficas, culturales y a veces políticas, los habitantes de Latinoamérica y España estamos unidos por UN SOLO CORAZÓN.

Frente a nuestra iniciativa, algunas personas me ha dicho que nuestra comunidad hispanoblante tiene "tendencia a la desintegración".

YO NO LO CREO.

Es posible que un cierto chauvinismo nos haga acercarnos a amistades NO latinas al principio, sin embargo, con el tiempo volvemos a buscar la compañía de nuestros hermanos latinos, porque nos damos cuenta de que esa SOLEDAD SOCIAL que suele atacarnos se desvanece de inmediato cuando compartimos con NUESTRA GENTE, sin importar de que país venga. ¡Si Simón Bolívar hubiese contado hoy con las redes sociales, seguro que ya habría logrado su sueño de unir a toda Latinoamérica en UN SOLO CORAZÓN!

Trabajando por ese corazón único (que incluye también a España), en el CECALATI nos encontramos por ahora en un proceso de MARCHA BLANCA, comenzando por las redes sociales. El poder de convocatoria que podamos lograr los latinos en las redes sociales, será una demostración elocuente de que, en Canadá, somos una comunidad unida, influyente y deseosa de integrarse a la vida nacional. Todos nosotros, unidos de un océano al otro, estamos diariamente aportando a este país con nuestra riqueza idiosincrática, nuestra honestidad, nuestro esfuerzo, nuestra creatividad y también los valores que nos suelen caracterizar, como nuestro "sentido de familia" y nuestra visión positiva de la vida.

Les proponemos a todas las personas, comunidades, empresas y organismos hispanohablantes de Canadá, que nos unamos en una sola gran red de “latinos” establecida a lo largo de este maravilloso país.

¡Quizás hasta lleguemos a ser la comunidad de inmigrantes más influyente de Canadá! ¿Por qué no?



Latinamente,

Cristián Rosemary del Pedregal
Fundador
CECALATI
Centro Canadiense-Latinoamericano de Integración





Nota: Es importante decir que NO atendemos asuntos de inmigración, sino que trabajamos con quienes ya han inmigrado a Canadá.